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03 marzo, 2023



   Se cumple este año el quinto centenario del nacimiento de Francisco Sánchez de las Brozas. Sentado en el arandel de la Plaza Vieja, observando el monumento dedicado al Maestro, me he preguntado en alguna ocasión, cuántos broceños conocemos a fondo la vida y obra de nuestro ilustre paisano, Tengo la convicción, posiblemente equivocada, y ojalá así fuera, que para la mayoría de las gentes de Brozas entre las que me incluyo, el conocimiento sobre El Brocense es más bien escaso y superficial. Por ello, aprovechando la conmemoración de esta efemérides, publicaré varios artículos dedicados a conocer un poco más cómo fue la vida y la obra de nuestro paisano.


Monumento a El Brocense en la Plaza Príncipe de Asturias (Plaza Vieja) de Brozas

   Este primer post está dedicado a su biografía. Se sabe muy poco de su vida privada y extrauniversitaria. Los datos que se conocen sobre su vida familiar están extraído de la declaración que el propio Brocense realizó en su primera declaración ante el Tribunal de la Santa Inquisición en Valladolid en el año 1584. Son datos imprecisos y algunos de ellos poco creíbles, tratándose de una persona con una mente preclara y con el bagaje literario y cultural que atesoraba.

   Esto fue lo que declaró en esa primera audiencia relacionado con su genealogía y es prácticamente lo que se conoce de su vida familiar:

Preguntado cómo se llama y dónde es natural, qué edad y oficio tiene: dijo que se llama el maestro Francisco Sánchez, catedrático de rretorica y de griego de la universidad de Salamanca, natural del lugar de las Brozas en Estremadura, de edad de más de cinquenta años, y declaró su genealogía de esta manera. 

Padres.

Francisco Núñez, defunto, tapicero, natural del lugar de las Garrobillas. Leonor Díez, defunta, natural de dicho lugar de las Brozas.

Agüelos de parte de padre.

Dijo que no los conoció ni sabe sus nombre.

Agüelos de parte de madre.

Dijo que no los conoció ni sabe como se llamaban, más que se llamaba el Bachiller.

Tíos hermanos de padre.

Dijo que no conoció ninguno ni saue si los tuvo.

Tíos hermanos de madre.

Rodrigo Sánchez, limosnero y maestro de la princesa de Portugal, defunto. Pero Sánchez, secretario de la mesa de la conciencia del Rey de Portugal, defunto. Salvador Díez, defunto, que bivió en Portugal.

Hermanos deste.

Dixo que fueron dierz hermanos y todos son muertos; que no se acuerda de los nombre sino es de Salvador Díez, que vive en Portugal, en la villa de Obedos, y allí tiene un beneficio.

Muger y hijos.

Dijo que se ha casado dos veces, la primera caso con Ana Ruiz del Peso, natural de Salamanca, y della tuvo los hijos siguiente: Francisco Sánchez que es fraile Benito; Lorenzo Sánchez, médico en Salamanca; Mateo Sánchez, médico en Salamanca; Doña Leonor Díez, muger del licenciado Fermoselle, médico que rreside en Fermoselle; Marina Núñez,  casada con un escudero de Juan de Solís, que se dice Sánchez; Ana Sánchez, doncella que murió en Salamanca.

Después de muerta su primer muger, casó con Doña Antonia del Peso, hija de Muñoz, cerero, y della tiene seis hijos y hijas: que el mayor se llama Diego Sánchez, estudiante de cánones; Josepe Sánchez, gramático; María Sánchez, de edad de once años; Isabel Sánchez, niña; Petronila, de edad de dos años; y tiene otra mayor que está en cassa de su tía, que no save su nombre.

   Francisco Martínez Cuadrado, catedrático de Lengua y Literatura,  autor de El Brocense, semblanza de un humanista,  dice:  "Esta hija mayor, cuyo nombre no recordaba, es Antonia del Peso, que más tarde casaría con el ilustre humanista Baltasar de Céspedes. Después del proceso nacieron dos hijas más, cuyos nombres conocemos gracias a las investigaciones del P. de Andrés: Gregoria y Ana, nacidas en 1585 y 1588 respectivamente".  De esta afirmación se deduce que cuando  nació su última hija, El Brocense tenía 65 años y que segunda mujer tuvo que ser bastante más joven que él.

 Termina esta primera parte del interrogatorio manifestando que: Preguntado dijo que él y todos los de su linaxe son hijosdalgos, cristiano viejos, limpios de limpia sangre, sin rraza de judíos, moros ni conbersos, y que no sabe que ninguno dellos han sido presos ni penitenciados por el sancto Officio.

   Nadie pone en duda que Brozas fue el lugar de su nacimiento. Además de lo expresado en su declaración anterior "natural del dicho lugar de las Brozas", existe otra prueba evidente que dio a conocer a Brozas en España y en Europa: el Maestro Sánchez firmaba sus obras y escritos añadiendo a continuación de su apellido el nombre de su pueblo natal, así cuando lo hacía en castellano firmaba como Francisco Sánchez de las Brozas y si lo hacía en latín como Franciscus Sanctius Brocensis. 



Casa número 22 de la calle Aldehuela de Brozas, en donde se cree que nació Francisco Sánchez.  Fotografía del libro Hijos Ilustres de la Villa de Brozas. 2ª edición. Año 1961.


Placa colocada en la fachada de su casa natal



Fachada actual donde puede apreciarse la singular chimenea de ladrillo.


   Respecto a su fecha de nacimiento no existen documentos fehacientes que la  certifiquen. Diversas alusiones sobre su edad realizadas por el propio Sánchez nos llevan al año 1523 como año de su nacimiento; una  de ellas,  se recoge en la dedicatoria que realizó con motivo de la traducción de Epicteto, dice que "acabó aquel trabajo en Salamanca a 20 de julio de 1600 y que tenía a la sazón 77 años" .


Portada de la traducción de la Doctrina de Enchiridió,  que hizo el Brocense del filósofo griego Epicteto, publicada en Pamplona en el año 1612.



   La infancia del niño Francisco la imaginamos que la pasó jugando a los bolindres, a la cata o al pilla-pilla con sus hermanos y vecinos de la calle  Aldigüela y el cerro Palacios y extenderían sus correrías por la cuesta del Arenal  hasta la Peña Gorda.


Calle Aldehuela


   Cumplidos los once años de edad ocurrió un hecho trascendental en la vida del Brocense que condicionó su vida y encausó literariamente su destino. Dos hermanos de su madre, sus tíos Rodrigo y Pedro Sánchez decidieron hacerse cargo de su educación y  se lo llevaron a Portugal, ofreciéndole su protección y la posibilidad de adquirir la formación y conocimientos fundamentales que le permitirían desarrollar toda su obra literaria posterior.


Leonor (Carmen Durán) despidiendo a su hijo Francisco (Jorge Borrega) ante  su marcha a Évora.  (Representación Grupo de Teatro Mojiganga).


  Estos familiares fueron designados para acompañar y servir a la Infanta doña Catalina hermana del emperador Carlos V, cuando en 1525 marchó a Portugal para celebrar su boda con el rey portugués don Juan III. Rodrigo fue capellán y limosnero de la Infanta y su hermano Pedro, mozo de cámara. 

   El primer destino del Brocense en tierra lusas fue en Évora. Allí comenzó sus estudios  de latinidad y humanidades, bajo la supervisión de su propio tío Rodrigo que era catedrático de gramática latina. Luego los continuó en Lisboa a donde se trasladó la Corte en 1537.

Catedral de Évora (Portugal)


   Sus tíos, sin descuidar la instrucción del joven Francisco le colocaron en el palacio de la reina  doña Catalina, donde estuvo al servicio de la misma, en calidad de ayudante de cámara desde 1539 hasta 1542,  en cuya fecha pasó con el mismo cargo a servir al rey don Juan III. 

Los reyes Joao III de Portugal y Catalina de Austria a quienes sirvió El Brocense durante su estancia en la Corte lusitana.


   Poco duró su servicio al rey Juan,  porque al concertarse el matrimonio de la princesa doña María Manuela, hija de los reyes portugueses, con Felipe,  Príncipe de Asturias,  hijo de Carlos V, el Brocense fue agregado a la servidumbre que debía acompañar a la princesa a Castilla, asistiendo, en tal concepto, a la boda que se celebró con gran solemnidad en Salamanca el 13 de noviembre de 1543.


Felipe II y su esposa María Manuela de Portugal a cuya boda  celebrada en Salamanca asistió El Brocense.


   La prematura muerte de la princesa doña María en 1545 al dar a luz al infante Carlos, influyó tal vez, de una manera decisiva en el futuro del Brocense. La autentica y apasionada inclinación al estudio por parte de nuestro paisano, hizo que solicitara a sus tíos que le permitieran quedarse a estudiar en Salamanca, cuando éstos regresaron de nuevo a la Corte del rey de Portugal. Accedieron a sus deseos, comenzando a cursar estudios en la universidad salmantina a la que permanecería vinculado hasta el final de su vida. 

   Como muestra de gratitud hacia sus tíos por el esmero y dedicación con que cuidaron de su formación,  el joven Francisco adoptaría en lo sucesivo el apellido Sánchez, que juntamente con el de su villa natal, unidos ya para siempre a él, legaría a la posteridad. Es conveniente subrayar con relación a la adopción de los apellidos que en el siglo XVI no existían normas generales obligatorias para la transmisión de los mismos de padres a hijos y las personas gozaban de plena libertad para su elección. No fue hasta finales del siglo XIX cuando se implantó la norma del doble apellido, paterno y materno, como hoy conocemos, a partir del creación del Registro Civil y de la Ley del Código Civil. 

Salamanca. Vista desde las Torres de la Clerecía.


  En Salamanca comienza a estudiar Artes (filosofía) y Teología, estudios que cursa durante tres años, pero los abandona para dedicarse  a las letras griegas y latinas. 
Gravemente se ofendieron los tíos del Brocense al verle abandonar los estudios de Teología para consagrarse al de las letras. Pero su resentimiento fue todavía mayor, cuando se enteraron que siendo aún estudiante, contrajo matrimonio con la joven salmantina doña Ana Ruiz del Peso. Estos hechos hicieron que sus tíos le retiraran la ayuda económica. A  partir de ese momento, para poder subsistir El Brocense tuvo que dedicarse a la  enseñanza privada de la Retórica y  de las lenguas griegas y latinas, actividad docente, que aumentó posteriormente, y en la que había de continuar hasta su jubilación.

   En 1564 se produce la temprana muerte de su esposa que le deja viudo  con seis hijos y a la que Sánchez le dedica el siguiente epitafio: 

                             Ana tuve por nombre; fui querida
de mi adorado esposo sin medida.
No turbó nuestro amor agravio alguno:
su espíritu y mi espíritu era uno.
Arrebató mi juventud la muerte,
mis días abrevió la Parca fiera
que todo lo reduce a polvo inerte,
y aliento con mi esposo en otra esfera.
Por mí vive en la tierra cual divino,
por el cual el humano peregrino,
sin dejar de vivir acá en el suelo,
vivimos juntos en el cielo.

   En  1567 contrae nupcias  con su segunda esposa, Antonia del Peso, pariente de la primera, con la que tuvo ocho hijos más. Mantener familia tan numerosa, unas veinte personas entre hijos, sirvientes y allegados, fue problema no pequeño para nuestro gramático. En 1573 pide Francisco Sánchez ayuda al claustro porque "agora me fatigan estrañamente ciertas deudas" y en la intervención del rector en apoyo de su demanda lo define como "hombre pobre e cargado de hijos".

   A estos problemas económicos se añaden otros que tiñeron de tristeza el último tercio de su vida. En 1580 una epidemia de gripe  le arrebató una hija de cinco años. En 1584 se produce su primer procesamiento  por El Tribunal del Santo Oficio, que se repetiría en el año 1600. Durante este segundo proceso  fue citado y arrestado en Valladolid y se le señaló como cárcel la casa de su hijo el Doctor Lorenzo Sánchez, medico de la ciudad.

   Francisco Sánchez contrajo una enfermedad de cuya gravedad dio cuenta  al Tribunal su hijo Lorenzo el día dos de diciembre, comunicando que los médicos que le visitaban se habían despedido de él desahuciándole y "que le faltaban los pulsos".  

   Murió el día cinco según consta en un documento de la Inquisición de Valladolid, fechado el 6 de diciembre de 1600 que dice: "enfermó, y ayer Martes, cinco deste presente mes de Deziembre, a las quattro de la tarde falleció y pasó desta presente Vida, según hizo relación dello el dicho Doctor Sánchez su hijo".

   La Universidad de Salamanca le negó las honras fúnebres que  correspondían a su dignidad de catedrático y a pagar a su viuda los sueldos que le correspondían por su prisión. Desafortunadamente, esta fue la triste recompensa que recibieron cuarenta y seis años de servicio y amorosa dedicación a las aulas salmantinas.    


Bibliografía.

MAÑAS NUÑEZ, Manuel. Sanctius Brocensis "El Brocense". Revista Alcántara. nº 61-62. Diputación de Cáceres. Año 2005.

MARTÍN CUADRADO, Francisco. El Brocense, semblanza de un humanista. Departamento Publicaciones de la Diputación de Badajoz. Año 2003


TOVAR,  Antonio y DE LA PINTA LLORENTE, Miguel. Procesos Inquisitoriales contra Francisco Sánchez de las Brozas.  Instituto Antonio de Nebrija. Madrid 1941.










1 comentario:

  1. Carlos, como SIEMPRE IMPRESIONANTE tu trabajo. Muchas gracias otra vez. A mi me ha emocionado.

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