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27 abril, 2023

 EL RITO DEL TORO DE SAN MARCOS EN LAS BROZAS



Dibujo de Ortego Veredas (1833-1881), sobre el ritual del Toro de San Marcos.

Las Brozas. Año del Señor de 1608: 

"Hay en la villa de las Broças una iglesia dedicada al evangelista San Marcos, y en ella fundada una cofradía de gente muy honrada y devota de la villa, y por devoción y reverencia al Santo le ofrecen algunos toros..."

Así comienza  Fray Francisco de Coria considerado como el primer historiador  que compendia en una obra todos los conocimientos  existentes sobre Extremadura hasta el siglo XVII, su crónica sobre el rito del Toro de San Marcos en Brozas.

Las gentes de Brozas siempre escuchamos contar a nuestros mayores, con más o menos detalles, este hecho "milagroso" que ocurría en nuestro pueblo, entre los siglos XV y XVIII, con motivo de la festividad de San Marcos: un toro bravo se convertía en manso y dócil para asistir, junto a todos los devotos y gentes del pueblo  a los oficios y a la procesión  que se celebraban en honor del Santo y, una vez terminados éstos, volvía el animal a su estado de fiereza.

San Marcos fue patrón de la villa de Brozas hasta finales del siglo XVIII y su festividad se celebraba el día 25 de abril. La fiesta tenía un carácter eminentemente agrícola y ganadero; terminaba el invierno y daba comienzo el verano, en una concepción dual del año para agricultores y ganaderos, era el momento de hacer siembras, se hacían rogativas al Santo pidiendo la lluvia y se le invocaba para la protección de cosechas y animales.

San Marcos Evangelista. Óleo sobre lienzo. Valentín de Boulogne (1624-26) Palacio de Versalles

La  celebración de este ritual se desarrolló en el oeste peninsular, principalmente en Extremadura y sobre todo en la provincia de Cáceres: Trujillo, Talayuela, Pozuelo de Zarzón, Mirabel, Casas del Monte y Brozas. Se tienen noticias de alguna población cerca de Zamora, Ciudad Rodrigo (Salamanca), Almendralejo (Badajoz) y en  Alosno y Castillo de las Guardas, (Huelva). El Padre Feijoo, en su obra Theatro critico  universal (1736) hace un análisis sobre la fiesta del Toro de San Marcos y reseña la ubicación de dónde se celebraba: "Notorio es á toda España el culto (si se puede llamar culto), que al glorioso Evangelista S. Marcos se dá en su día en algunos Lugares de Estremadura; aunque el modo con se refiere es algo vario. Puede ser que la variedad no esté precisamente en la relación, sino en el hecho; esto es, que en diferentes Lugares de aquella Provincia, en orden á una, ú otra circunstancia, sea la práctica diferente".

El rito brocense  tuvo unas características propias que lo diferenció de otros que se celebraban en esa misma fecha en otros lugares de Extremadura. Sin excederme en la aseveración, diría que el caso de Brozas es el más conocido  y ha sido estudiado y analizado por cronistas, historiadores, folcloristas, y antropólogos de  distintas épocas. A los ya citados Francisco de Coria  y Benito J. Feijoo hay que añadir a Luis Zapata de Chaves (Llerena, 1526-1595), Antonio Rodríguez Moñino (Calzadilla de los Barros, 1910-1970), Julio Caro Baroja (Madrid, 1914-1995),  Salvador Rodríguez Becerra (Cortes de la Frontera, 1943) y Juan Carlos Olivares Pedreño entre otros.

Algunos de estos autores han tratado de determinar en sus trabajos  el origen del ritual.

Caro Baroja estudia este caso en su obra Ritos y Mitos Equívocos. En ella afirma que  tal celebración, que cae el 25 de abril, corresponde a las fiestas romanas llamadas Robigalia, que estaban destinadas a preservar a los trigos de la roña, de la que los latinos habían hecho una divinidad: Robigo. De ahí también la relación de San Marcos con las diferentes creencias agrícolas en la Península. Por otra parte, el ilustre investigador establece un paralelismo entre esta celebración y otras que se desarrollaron en Grecia en honor de Dionisios, apuntando que la fiesta del Toro de San Marcos pudiera derivarse de un antiguo ritual relacionado con el dios griego, debido a que en ambas celebraciones hay coincidencias significativas como son la identificación con un toro; la selección de un toro que representa al santo y al dios en una fiesta anual; conducción del toro al templo y el culto especial que las mujeres  rendían al animal.


Estatua de bronce representando a Dionisio, Dios-Toro de la fertilidad

Sin embargo, el propio antropólogo no estaba convencido de su propia interpretación sobre el origen de esta ceremonia. Por ello, años más tarde de la primera edición de la  citada obra, comentaba lo siguiente: "Releyendo hoy, en 1973, me parece que no he dado con una conexión satisfactoria... y que no es fácil reducirlo a ningún rito clásico  conocido de modo positivo y las hipótesis dadas por mí son vagas y ni entonces las di ni ahora las doy con excesiva confianza. Lo que se ha escrito después tampoco me convence demasiado, y lo que he visto aquí y allá, como comparable en algún orden, ostenta el mismo carácter equívoco".

Tratando de encontrar esa "conexión" correcta a la que se refería Caro Baroja, el profesor y doctor del Universidad de Alicante, Juan Carlos Olivares Pedreño  realizó un estudio  sobre el rito del Toro de San Marcos en el que llega a la conclusión,  que esta ceremonia podría ser una pervivencia de las que se celebraban en la época prerromana en honor al dios indígena Bandua.


Estatuilla hallada en la región pirenaica que representa a Marte indígena con un toro en la coraza y  un casco con tres cuernos de bóvido. Olivares Pedreño plantea la hipótesis que  los teónimos de Marte indígena, Cosus y Bandua aludían, desde el punto de vista de su significado religioso, a una única deidad y que los tres están relacionado simbólicamente con el toro.

Olivares Pedreño basa su trabajo, "El dios indígena Bandua y el rito del Toro de San Marcos", en el estudio de las inscripciones latinas dedicadas a esta divinidad y la relación que existe entre sus localizaciones y los lugares donde se celebraba la fiesta, constatando el hecho que en aquellas localidades donde el rito del Toro de San Marcos era mas conocido y de donde procede el mayor acopio de datos sobre dicha fiesta, es donde existe la mayor concentración de epígrafes en honor a Bandua, siendo Brozas la localidad de toda la Península Ibérica, donde se han hallado el mayor numero de altares dedicados a este dios, un total de cuatro.

 

Inscripción votiva dedicada al dios Bandua que se encuentra en la muralla del Castillo de Brozas. Es una de las cuatro que fueron halladas en Brozas. La piedra de granito tiene unas dimensiones de 50x38x35 cm con letras de 5 cm de altura, en la que puede leerse:
            Cilius/ Caenonis/  f(ilius) Apulus/ eaeco/ v(otum)/ s(olvit)/ l(ibens)/ m(erito)


Ubicación del ara votiva 

"La singularidad del rito al incluir un toro en el ceremonial,- no hay, al parecer, costumbre similar en toda España--, el carácter milagroso concedido a la mansedumbre de un animal, que es símbolo de la bravura  y la fuerza y cuyo carácter salvaje y la brutalidad de sus ataques impresionan e infunde fuerte temor, dio lugar a una polémica recurrente que ha durado cinco siglos, teñida por la ideología y los valores predominantes en cada época. Durante el Antiguo Régimen la controversia se centró en la oposición milagro/superstición; se discutía si la repentina mansedumbre del toro era obra de Dios o del Diablo. Los franciscanos que tuvieron en Brozas un convento desde 1544 hasta la exclaustración, que funcionaba como cabecera de la provincia extremeña de San Gabriel, consideraron siempre el ritual del amansamiento del toro como hecho milagroso, frente a los teólogos que se inclinaban por la existencia de un pacto diabólico. En el Convento de la Luz tenían lugar cada tres años los capítulos provinciales de la orden franciscana, lo que hizo que con su capacidad de irradiar noticias el rito se difundiera por toda la provincia y sus alrededores". (Creencias, rituales y poder en la religiosidad popular. El Toro de San Marcos en Andalucía y Extremadura. Salvador Rodríguez Becerra).

Ilustración folleto "La fiesta del Toro de San Marcos". Ayuntamiento de Brozas


La polémica sobre el carácter divino o diabólico de la ceremonia se fue acrecentando a medida que la fiesta se fue conociendo e implantándose en mas pueblos y ciudades. 

A este respecto el investigador extremeño José María Domínguez Moreno en su trabajo "La fiesta del Toro de San Marcos en el Oeste Peninsular" expone que: A partir del siglo XV la efervescencia de la religiosidad popular se materializa en un auge de  hermandades y cofradía, copias exactas de otras ya existentes, muchas de ellas dramatizadoras de rituales extraños y sorprendentes. Las cofradías de San Marcos se multiplican y la ceremonias del toro, antes aisladas en lugares muy específicos, acaban siendo festejos generalizados y obligan a la jerarquía eclesiástica a pronunciarse sobre la práctica supersticiosa e idolátrica. De esta perspectiva se puede comprender el rescripto de Clemente VIII, por el que a finales del XVI condena la costumbre del Toro de San Marcos".

Esta contestación papal, fechada el 10 de marzo de 1598, estuvo dirigida al obispo de Ciudad Rodrigo, Martín de Salvatierra,  condenando la práctica del Toro de San Marcos por supersticiosa, escandalosa e indecente, pero que no sirvió para terminar con el ritual, ya que eran los propios curas y frailes  quienes participaban del mismo,  junto con las gentes del pueblo.  

Fray Juan de Trinidad, que dijo ser testigo de la fiesta, autor de Crónicas de la Provincia de San Gabriel en 1692, relata un hecho curioso que ocurrió  un año en la celebración del Toro de San Marcos en Brozas: "ha más de 150 años, según él se informó de personas fidedignas, y fue, que habiendo mandado  cierto juez eclesiástico, con grandes penas, que para la celebración de la fiesta no se trajese el toro, y obedeciendo el Mayordomo y Cofrades, y estando junto al pueblo para comenzar las vísperas en la ermita, vieron, que si traerle persona alguna, entró el toro en ella, y asistió mientras se cantaron; y el día siguiente y de la misma manera estuvo presente en la misa, y anduvo en la procesión por las calles, siguiendo la imagen del santo en la forma que otras veces, sin llamarle Marcos, no hablarle ningún Cofrades, ni otras personas, como antes solía, por no incurrir en las penas impuesta; lo cual fue visto, se pidió de ello testimonio por los Cofrades, y expuso la causa en el Tribunal del Nuncio, donde se ventiló, y hecha averiguación de todo, se pronunció a favor de la Cofradía, dándole licencia para que en la fiesta del Santo se trajese el toro, mandando que ningún Juez inferior lo impidiese". 

Domínguez Moreno  al referirse a la desaparición de la fiesta, dice: "Si las condenas eclesiásticas no sirvieron de mucho, mayor fortuna en lo que se refiere a la suspensión del "toro de San Marcos" tendrían las corrientes de la Ilustración, que cargarían sobre manifestaciones externas de piedad tachadas de supersticiosas. Tras la firma del Concordato de 1753 los reyes borbones procederán a lo largo de todo el siglo XVIII a la abolición de una serie de tradiciones seculares que a los ojos de sus asesores estaban cargadas de cierta heterodoxia.[...] A la cuenta de Fernando VI hay que apuntar el mazazo al "toro de San Marcos". Su orden de supresión del festejo está fechada en Madrid el 3 de febrero de 1753. José Luis Yuste en el libro Tradiciones Urbanas Salmantinas inserta la carta enviada por el rey al obispo de Salamanca don José Zorrilla de San Martín, carta extensible a los responsables de las diócesis de Extremadura". 

El decreto real decía así:

Ilmo. Sr.- Haviendo sido servido S.M. remittir al Consexo escritta  representtación a fin de que diesse la providencia conveniente a que cessasse enteramente, y se quitase de raiz la ceremonia supersticiosa observada de muchos años en los Pueblos de Estremadura y en algunos de la Provincia de essa Ciudad, en los qe la Víspera o dia de sn Marcos por las cofradías de estta Advocación, Cura, Religioso, y escribano se saca un Toro de la Bacada, llamandole Marcos, y llebandole despues a la Igla en procession, y ahun a las casas para lograr maiores limosnas, y conviniendo remediar semexante abuso ttan perjudicial a las buenas costtumbres, mal sonantte a la Veneración y decencia ttan debido a las Iglesias, además de resistirlo y esttar prevenido por ley del Reyno, que no entrren en ellas Bestias algunas: Ha acordado el Conxeso qe los Corregidores de Estremadura, y essa Ciudad con las mas grabes penas, y multas a las Justicias y Cofrades de los Pueblos de su distrito, y donde hay estte pernicioso abuso no saquen ni lleben en manera alguna la Vispera, en dia de sn Marcos el Toro de las Bacadas, ni de ottra parte, no enttre en la Iglesia para Processión ni mostrarlo en manera alguna en las Casas, ni ahun enmaromado, y ha mando prebenga a V.I. qe como es estta escandalosa funcion se mezclan Clerigos y Religiosos, para que mas bien ttenga obserbancia la providencia, disponga V.I. se contengan las Pers de su fuero, qu con demasiada ignorancia, no han reflexionado los engaños que hai en esttas maniobras ni gravissimos perjuicios, que de su Concurrencia se siguen a los Pueblos, que ttienen por milagro lo qe no es ni hai mottivo qe sea por ser solo una Diabolica invencion...".

Así se ponía fin  a la tradición del ritual del Toro de San Marcos en Brozas y en todo el territorio nacional donde se realizaba. Sin embargo,  se tiene testimonio de que en algunos sitios se mantuvo durante muchos años después. La vinculación de San Marcos con el toro y las fiestas taurinas  se sigue manteniendo hasta el día de hoy en diversos pueblos y ciudades, sirvan de ejemplo las dos siguientes fotografías de pueblos de las provincias de Jaén y Almería.

Beas del Segura (Jaén). Toro ensogado. Engalanado con cascabeles y campanillas en el cuello y aparejo bordado a mano por las mujeres del pueblo, en el que puede leerse Viva San Marcos. Este año durante los tres días que duran las fiestas se correrán 145 reses bravas, 63 toros y 82 vacas.



Ohanes (Almería). En la procesión de San Marcos se obliga a arrodillarse ante el Santo  a un toro bravo ensogado  en ocho ocasiones durante el recorrido procesional. (Foto Diario Ideal de Almería)
   
A continuación,  reseño como contaron la ceremonia del Toro de San Marcos de Brozas, a través de los documentos existentes, Fray Francisco de Coria (Descripción e historia de la Provincia de Extremadura, 1608) y Fray Juan de Trinidad (Crónica de la Provincia de San Gabriel, 1692), ambos defensores del carácter milagroso del rito. Las fotografía que ilustran el relato pertenecen a la Recreación Histórica del Toro de San Marcos que se realiza en Brozas desde el año 2018.

"Un caso extraordinario, memorable, se experimenta en esta villa de las Brozas cada año (del que yo también fui testigo de vista), el día de la fiesta del evangelista San Marcos, desde sus primeras vísperas. Hay fuera, y cerca de las casas de esta villa, una ermita de este glorioso evangelista, frecuentada de la gente de la comarca por la devoción que tienen al santo.
La víspera de la fiesta, después de haber confesado y comulgado el  mayordomo y oficiales de la Cofradía, van de ellos tres o cuatro a la vacada del lugar, a pie, con unas varas delgadas de cuatro o cinco cuartas de largas, con que no pudieran defenderse si algún toro le acometiese.



Suele tener la Cofradía algunos toros, que personas devotas de San Marcos le ofrecen: pastan con el demás ganado hasta que, pasado dos o cuatro años, los matan y pesan para reparos y ornatos de la ermita. En llegado el Mayordomo y oficiales que le acompañan a la vacada, acercándose al toro que aquel año determinan de traer, sin temor alguno de la ferocidad, siendo así que en aquel tiempo, por estar en celo, suele ser mayor, y con mucha fe y devoción, en nombre de Dios y del Santo, dice el mayordomo estas palabras: "Anda acá, Marcos, que ya es tiempo y hora de ir a hallarte a la celebración y fiesta del evangelista San Marcos". 


Con esta sola diligencia, con ser un toro, el más feroz y bravo que hayan y eligen para este ministerio, se rinde y amansa y da lugar para que le saquen solo de la vacada y le guían y traen a la villa como si fuera una mansa oveja.


A la entrada de la villa aguarda mucha gente, pero de nadie se esquiva ni nada le embravece, y entre multitud de hombres y mujeres y muchachos, va como si fuera capaz de razón y de modestia.



Y llegando con él a la iglesia de San Marcos, que está fuera de la villa, en la cual está ya junto esperando el clero y pueblo, empiezan las vísperas con mucha solemnidad, a las cuales asiste el toro quietamente, con mucho sosiego y reposo, como si fuera persona que tuviera entendimiento.


Este pasaje de la representación actual del Toro de San Marcos, se desarrolla en el punto más cercano de donde estuvo ubicada la ermita del Santo. Desaparecida después de la prohibición del rito no ha quedado vestigio alguno de su lugar de emplazamiento y se supone que es por la zona del barrio del Humilladero porque de siempre se ha conocido a la elevación de terreno donde está la ermita del Humilladero con el nombre de "Cerro de San Marcos".

Y acabadas las vísperas, el mayordomo y los cofrades le llevan a la villa y le traen por todas la calles de ella y le entran en muchas casas y andan con él por todos los aposentos bajos de ellas y piden limosna para el Santo, entrando y saliendo por donde le guían torciendo el cuerpo, cabeza y cuernos por la estrechura de los lugares por donde le hacen entrar y después que de esta manera han dado con él la vuelta a toda la villa, le llevan a un cercado y le encierran dentro, donde se queda aquella noche. 



El día siguiente que es el día de la fiesta  del glorioso evangelista, por la mañana entra en el cercado el mayordomo solo y llamando de la misma manera "Ven acá Marcos" le saca fuera y lo lleva a la iglesia mayor de la dicha villa adonde esta fuera la clerecía y pueblo



y ordenándose una solemne y devota procesión salen de la iglesia llevado en medio de ella el dicho toro y junto de los sacerdotes, que van revestidos para celebrar la misa, 












Y es grande maravilla ver el sosiego y mansedumbre con que va sin hacer mal a nadie, llegándose a todos a él con seguridad y tocándole le ponen la manos en el cerro (lomo) y le hacen de los cuernos poniéndole en ello roscas de pan, guirnaldas de flores y candelas encendidas, estando tan manso como si fuera un cordero y muchas veces sucede, con la apretura de la gente que aquel día acude de toda la Comarca a ver esta maravilla, apretarle tanto que muchas veces acontece caer sobre él, sin hacer más movimiento que si fuera un jumento, antes sucede muchas veces viéndose apretado con la mucha gente alzar la cabeza y barba, por no hacer daño ni tocar a nadie con los cuernos,





y de esta manera viene en la procesión hasta llegar al monasterio de Ntra. Señora de la Luz de frailes descalzos de San Francisco, que ésta un buen trecho apartado y fuera de la villa,


Convento franciscano de Ntra. Señora de Luz.




y allí salen los frailes en procesión a recibir la de la villa, 


y  a un tiro de piedra antes de llegar a la iglesia del monasterio está un devoto humilladero o capilla y pasando la procesión junto a él sube el toro cinco gradas bien agrias para entrar en él y al salir  baja otros cinco escalones de piedra con grande admiración y espanto de los que le ven,


Foto antigua del Humilladero del Buen Jesús donde se pueden observar los escalones que se citan en el párrafo anterior a la foto. (Fotografía del perfil de Facebook del Ayuntamiento de Brozas)



y recibida la procesión por los religiosos entran en la iglesia del monasterio con el toro y entran en el claustro dando vuelta alrededor del él y vuelven a entrar en la capilla mayor por junto a la sacristía y entrando el toro en la capilla sube las gradas del altar mayor, que son ocho y bien agrias de subir, y llegando a la peana del altar mayor con el hocico huele y besa el altar y dando la vuelta vuelve a bajar las dichas gradas sin hacer mal a a nadie con verse  bien apretado de la mucha gente que le cerca,





y saliendo con la procesión de la iglesia va con ella hasta la ermita de San Marcos, en la cual celebran luego la misa con grande solemnidad en un altar que está aderezado por la parte de afuera por no caber la gente dentro, por ser mucha, a la cual se predica, a todo lo cual asiste el toro estando muy manso y quieto hasta que el sacerdote consume y entonces  le hacen señal con unas varas el mayordomo y cofrades dándole con ellas y diciéndole "Vete Marcos", sale de allí tan feroz y desasosegado corriendo con tanta bravura y furia que espanta, volviendo algunas veces la cara atrás como espantado, sin osar nadie burlarse de él, más guardarse de él como mejor  cada uno pueda, cosa por cierto que causa admiración y parece milagro manifiesto con el cual quiere Dios manifestar la grandeza y santidad de su cronista San Marcos, entre los cuatro evangelistas, le es apropiado el león y el toro a San Lucas, creo que se hace esta memoria en toro por no haber león en España y quien amansa un toro bravo amansará un león si le hubiera".

Termina Fr. Francisco de Coria tratando de justificar el cambio del  animal, toro por león, con el que la tradición iconográfica cristiana identifica tradicionalmente a los Evangelistas.


Esta fotografía muestra el hecho insólito ocurrido en el año 2022, en el que el toro utilizado para la recreación histórica  "no esperó a que le dijeran Vete Marcos" y a mitad de representación  dio un arreón  y salió de estampida por los campos de Brozas. Afortunadamente en su huida no se llevó a nadie por delante y solo se quedó en el susto y en la anécdota.


El Ayuntamiento de Brozas con el fin de recuperar la memoria y dar a conocer este acontecimiento de la historia brocense, lleva organizando  desde el año 2018 una representación teatralizada de la celebración del rito del Toro de San Marcos, por las calles y los lugares del pueblo donde se desarrolló el ritual hace más de tres siglos. En ella se recrean algunos de los  hechos o pasajes reseñados en este artículo, contando para ello, con la colaboración de particulares y de  las asociaciones y grupos broceños: Grupo de Teatro Mojiganga, Grupo Folclórico Jumadiel,  Asociación Amigos del Caballo de Brozas y Cofradía de San Antonio Abad.


































































Bibliografía:

Cáceres al detalle. Inscripciones de Bandua y el Toro de San Marcos de Brozas.
Caro Baroja, Julio. Ritos y mitos equívocos.
Domínguez Moreno, José María. La Fiesta del "Toro de San Marcos" en el Oeste Peninsular.
Olivares Pedreño, Juan Carlos. El dios indígena Bandua y el rito del Toro de San Marcos.
Rodríguez Becerra, Salvador. Creencias, rituales y poder de la religiosidad popular. El Toro de San Marcos en Andalucía y Extremadura.
Rodríguez Moñino, Antonio. Nota al capítulo "De toros y toreros" en Miscelania de Luis Zapata de Chaves.











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