Las distintas imágenes en la iconografía de San Antonio Abad.
San Antón ocupa un puesto indiscutible y relevante en la tradición del pueblo cristiano español, que todos los 17 de enero inicia el año con romerías y festejos en su honor, organizados en ciudades y pueblos por cofradías y hermandades.
A lo largo del tiempo, en mis viajes vacacionales, he ido fotografiando todas las imágenes de San Antón que se me han puesto a tiro (de cámara) y en este artículo os muestro una pequeña colección de imágenes recogidas por distintas zonas del territorio nacional.
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Dos imágenes para un pueblo: San Antón el Viejo y San Antón el Nuevo. Brozas (Cáceres) |
La imagen que se encuentra en la iglesia de San Antón de Bilbao, tiene a sus pies las llamas que simbolizan una de las mas terribles enfermedades que atendieron los miembros de la Orden de los Antonianos y que se conoció como "El Fuego de San Antón"
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Iglesia de San Antón. Bilbao. |
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Iglesia de San Juan Bautista. Cáceres |
En el retablo de la capilla de la Anunciación de Burgos, la imagen está vestida con una túnica y manto muy elegantes que se alejan de la humildad y la forma de vestir propia del Santo.
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Capilla de la Anunciación o de San Antonio Abad. Catedral de Burgos![]() Iglesia de San Antón. Granada |
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Basílica de Nuestra Señora. Lequeitio (Vizcaya). Destaca su abundante cabellera.![]() |
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Capilla de San Antón. Pedro del Valle, 1706. Catedral de Segovia.![]() Iglesia de Santa Eufemia. Bermeo (Vizcaya) |
En la iglesia de San Pedro de la capital alavesa la talla presenta un rico dorado y policromado. Le falta la mano derecha donde posiblemente llevaba el báculo.
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Siglo XVI . Iglesia de San Pedro. Vitoria-Gasteiz![]() |
En Pinell del Brai, provincia de Tarragona, me sorprendió la talla de San Antón por ser muy parecida a la del San Antón Nuevo de Brozas. Seguramente se tallaron en la misma fábrica gerundense.
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Iglesia de San Lorenzo. Pinell del Brai (Tarrragona)![]() |
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Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo. Altea (Alicante) |
Además de la imaginería, San Antón ha sido fuente de inspiración de numerosos y afamados artistas que plasmaron en sus lienzos y tablas los pasajes de su vida ermitaña, destacando las tentaciones que le atormentaron en el desierto. A continuación os muestro algunas de estas obras, cuyas fotos y textos los he sacado de publicaciones en internet.
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San Antonio Abad, pintura de Francisco de Zurbarán, fechada
en 1640.
La obra representa a San Antonio Abad, figura prominente en la historia
cristiana, de pie en un paisaje. Es un anciano con larga barba y cabello
blancos, vestido con una túnica de monje. Su túnica es principalmente marrón,
con una prenda interior de color más claro visible en las mangas y el
dobladillo. Sostiene un sencillo bastón de madera, y su mano izquierda está
extendida en un gesto que podría interpretarse como una bendición o una súplica.
El fondo es tenue, mostrando una sugerencia de paisaje con un árbol a la
izquierda y un cielo brumoso. El tono general es sombrío y contemplativo. La
pintura se encuentra en la Galería de los Uffizi y mide 1,62 metros de ancho y
1,2 metros de alto.
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San Antonio Abad en un paisaje. Fray Juan Bautista Maíno.1612-1614. Óleo sobre tabla, 61 x 155 cm. Museo Nacional del Prado. Madrid. |
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San Antonio Abad. Témpera sobre tabla (ca 1460).Atribuidas al hijo de Juan Sánchez. Museo Catedralicio de Burgos. |
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San Antonio Abad y San Pablo, primer ermitaño. Diego Rodrigo de Silva y Velazquez, hacia 1634. Óleo sobre lienzo. 261 x 192.5 cm. Museo Nacional Del Prado. Madrid. El asunto está tomado de La leyenda dorada de Jacobo de la Vorágine (siglo XIII), donde se narra el viaje de san Antonio Abad para visitar a san Pablo, el primer ermitaño cristiano (siglo IV), en el desierto de Egipto. San Antonio, a quien Velázquez presenta vistiendo el hábito marrón con capa negra de los hospitalarios de San Antonio, aparece cinco veces en el cuadro: a lo lejos se le ve preguntando el camino a un centauro y también en conversación con un sátiro. Por una oquedad de la peña, que recuerda la gran formación rocosa del Paisaje con San Jerónimo de Patinir (ya entonces en la colección real y ahora en el Prado), le vemos llamar a la puerta del santo anacoreta. En el primer término conversan los dos, y Antonio manifiesta su sorpresa a la visita del cuervo que cada día trae a san Pablo su ración de pan. El último episodio de la historia se muestra a la izquierda, donde Antonio ha vuelto al enterarse de la muerte de Pablo y encuentra a dos leones cavándole la tumba. |
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Las Tentaciones de San Antonio Abad. El Bosco, 1510-1515. Óleo sobre tabla 73 x 52.5 cm. De forma totalmente original y única entre las versiones que dio del santo, el pintor le muestra absorto, sumido en sus pensamientos en la soledad de la naturaleza, encarnada en ese tronco de árbol hueco que le cobija y que está magistralmente traducido. Ni siquiera sostiene un libro en las manos; lo tiene cerrado, colgado de su cinturón. Nada parece alejarle de esa concentración interior, y lo mismo puede decirse de su atributo, el cerdo con la campanilla en la oreja que descansa a sus pies, ajeno al ataque del diablo que está a punto de golpearlo. (Texto extractado de Silva, P.: El Bosco, La Exposición del V Centenario. Museo Nacional del Prado, 2016, pp. 251-257). |
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